Al menos 137 personas han muerto y 28 están desaparecidos en Filipinas a consecuencia de la tormenta tropical Megi, que arrasó la parte central y meridional del archipiélago, según el último informe difundido este viernes por las autoridades.
La mayor parte de las víctimas contabilizadas por el Consejo Nacional para la Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres perecieron en la provincia oriental de Leyte, donde las avalanchas de tierra sepultaron varias localidades y se teme que el número final de muertos sea mucho mayor. Los equipos de emergencia continúan las labores de excavación especialmente en los municipios de Baybay y Abuyog, donde las imágenes difundidas de la tragedia muestran aldeas enteras, a los pies de las montañas, enterradas bajo el lodo y las riadas.
En Baybay, un pequeño corrimiento de tierra inicial alertó a los vecinos, algunos de los cuales consiguieron escapar, pero una avalancha aún mas grande sorprendió a muchos otros, además de verse afectados también miembros del equipo de emergencias, según relató a los medios el alcalde, José Carlos Cari.
La tormenta tropical Megi, bautizada en Filipinas como Agaton, entró el domingo por la costa este del país en dirección noroeste, causando inundaciones y corrimientos de tierra en los archipiélagos de Bisayas y Mindadao, en el centro y sur del país. En total, más de un millón 600 mil personas se han visto afectadas por el fenómeno, que ha provocado más de 580 inundaciones y 89 desprendimientos de tierra en todo el país.
Megi es la primera gran tormenta que azota en 2022 al país, propenso a los desastres, y que registra un promedio de 20 tifones cada año. Esta tormenta, que golpeó a este país de mayoría católica antes de la celebración de Semana Santa, sorprendió a las autoridades, que habían declarado la alerta mínima antes de que tocara tierra.
En diciembre, el tifón Rai, el más poderoso en llegar a Filipinas el año pasado, dejó al menos 409 muertos; mientras que el tifón Haiyán, el mayor que ha tocado tierra, provocó .