Bajo la penumbra digital, un manto de misterio se cierne sobre la escena periodística mexicana. En las sombras cibernéticas, los secretos de quienes buscan la verdad se ven amenazados. La información personal de aquellos valientes periodistas que acuden a “La mañanera” de Andrés Manuel López Obrador ha sido desvelada, un susurro siniestro que se desliza por las redes sociales como un viento gélido.
En la tarde de un viernes encriptado en incertidumbre, los datos confidenciales de los informadores emergieron, desafiando la privacidad de sus domicilios y números telefónicos. Un oscuro telón de silencio cubre Palacio Nacional, donde el coordinador general de Comunicación Social, Jesús Ramírez, permanece impasible ante las inquietudes expresadas por los afectados.
El temor no solo se gesta en la vulnerabilidad personal de los periodistas, sino en la sombría amenaza que se cierne sobre sus seres queridos. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) se erige como el guardián de la privacidad, comprometido a realizar un meticuloso análisis técnico de la información revelada.
En un enigma sin precedentes, las credenciales de elector, pasaportes, claves del Registro Federal de Contribuyentes y correos electrónicos de aquellos que alguna vez se adentraron en la esfera presidencial han sido expuestos. Documentos oficiales que, paradójicamente, son requisitos para acceder al impenetrable Palacio Nacional.
Desde la cuenta enigmática @KrlitoBrigante, un habitante digital del Panóptico, se proclama la revelación completa de la base de datos del Sistema de Acreditación de Prensa de Presidencia. La oscura danza de cifras revela que, al final del año 2023, al menos 90 medios, con múltiples reporteros entre sus filas, se hallaban entre los acreditados.
En este turbio calidoscopio de secretos, incluso aquellos periodistas que han tocado la conferencia presidencial de manera efímera, como Denise Dresser, han sido arrastrados a la vorágine de la filtración. Un relato literario, donde la trama digital teje un enigma que, por el momento, se desenvuelve en el oscuro silencio de Palacio Nacional.